A continuación les compartimos la traducción de un escrito realizado por John Wight que deja claro cuales fueron los motivos que llevaron a esta muestra de solidaridad y que compromete aun más la relación que existe entre los celtas y la lucha del pueblo Palestino:
La idea generalizada de que la política debe mantenerse fuera del deporte, de que el futbol y la política no se mezclan, es un mito propagado por una elite para quienes el compromiso político en cualquier nivel, aparte de lo que involucra el pasivamente entrar en una cabina de votación para poner una "X" en la casilla correspondiente, se considera una amenaza para el status quo.
En verdad, el deporte y la
política son dos caras de la misma moneda, simplemente porque la política y la
vida son dos caras de la misma moneda.
En lo que al fútbol se refiere no
hay una institución más política que el Club de Fútbol Celtic de Glasgow.
Formado en 1888 por un clérigo católico irlandés conocido como el Hermano
Walfrid de manera que con el equipo pudiera recaudar dinero para alimentar y
atender las necesidades materiales de inmigrantes irlandeses asentados en el
Oeste de Escocia — comunidad de
emigrantes cuya presencia fue considerada como el anatema a una población
nativa y mano de obra fundamental, considerando el hecho de que eran personas
de una religión y cultura ajena, compitiendo por los mismos puestos de trabajo
y, por ende, reduciendo los salarios de todos los trabajadores por medio de esa
ley eterna capitalista de la economía, la oferta y la demanda.
Luego del Brexit, aparte de sonar
la campana proverbial, también nos recuerda que en la Gran Bretaña vivimos en
un país y una sociedad que sembró miseria y desesperación a gran escala en su
grandeza, y cuyo legado sigue siendo un factor de distorsión hoy en todo el
mundo hasta este día.
La consecuencia para los
irlandeses en Escocia a finales del siglo XIX era que su asimilación en la
sociedad estaba bloqueada, obligándoles a crear un paralelo en las estructuras
sociales y las organizaciones propias para los fines de la supervivencia
material y cultural. El Celtic FC surgió como parte de este proceso.
Fuera de esta historia ha
derivado una identidad concreta y un conjunto de valores que las generaciones
de aficionados del Celtic han abrazado, confirmado y llevado con orgullo.
Alineados con la comunidad republicana y nacionalista en Irlanda del Norte y
siempre enfrentados con sus acérrimos rivales de Glasgow Rangers FC, asociados
con la comunidad lealista y unionista de Irlanda. Los hinchas del Celtic suelen
figurar entre los más políticamente conscientes de cualquier demografía en la
sociedad.
Para sus hinchas el Celtic es más
que un club de fútbol, es una institución política y social que siempre ha
defendido las causas nobles y debe continuar con su postura por la búsqueda de
justicia frente a la injusticia, el racismo, la opresión, y contra el
apartheid cuando quiera y donde quiera que surja.
Lo que nos lleva a hablar del arrebato
de los hinchas del Celtic al ondear banderas Palestinas durante el partido de
clasificación para la Liga de Campeones Europea del club contra el equipo
Hapoel Beer Sheva de Israel. Los hinchas del Celtic, junto con el ya mencionado
republicanismo y comunidad nacionalista en Irlanda, durante mucho tiempo han
abrazado la lucha Palestina contra la ocupación y el apartheid como si fuera
propia.
Es una afinidad basada en una
experiencia compartida de opresión colonial, fanatismo religioso, cultural y
racial. Puesto al desnudo, Israel es un ‘’estado’’ colonial que existe en la
negación del pueblo Palestino, un pueblo cuya existencia se ha reducido a un
infierno diariamente como consecuencia de ello.
Además de una ocupación que ha
sido vigente desde 1967, el mismo año en el que Celtic FC estaba haciendo
historia en Europa, aparte del robo de tierras Palestinas y recursos, la
expansión de asentamientos ilegales, embargo económico, cientos de puestos de
control militares haciendo imposible el libre paso y la construcción de un muro
del apartheid; Además de todo eso los Palestinos han sido sometidos a numerosos
ataques militares de gran escala durante años, utilizando el armamento más
letal y destructivo en existencia, en la que miles de civiles, mujeres y niños
entre ellos, han sido asesinados o seriamente heridos o mutilados.
La idea de que quienes llevan
banderas Palestinas están motivados por otra cosa muy distinta que el deseo de
expresar su solidaridad con aquellos que sufren injusticia y opresión, y por el
contrario hablar de que es el
antisemitismo y el racismo que impulsó esta acción, es completamente grotesco y
merecedor de desprecio.
El tema no es el carácter judío
de Israel, como lo plantean quienes intentan
deslegitimar la lucha Palestina. No, el estado de Israel es el problema y qué
mejor lugar para demostrar la resistencia al apartheid que en un estadio de
fútbol lleno junto a miles de personas.
La bandera Palestina es más que
una bandera nacional; puede ser considerada como un símbolo de rebeldía frente
a la opresión colonial y el apartheid, situaciones de las cuales Irlanda tiene
conocimiento y por la cual el Celtic FC ha incorporado histórica y culturalmente las luchas sociales
en su larga y dolorosa historia.
El deporte no existe en el vacío
y la lucha por la justicia no puede y no debe ser colocada fuera de un estadio
de fútbol durante noventa segundos mucho menos noventa minutos. Es por eso que
el intento de prohibir la bandera Palestina en el estadio Celtic Park equivale
a un intento de prohibir la justicia de Celtic Park. Si esta prohibición se
aplica y tiene éxito el estruendo que salude será el sonido del hermano Walfrid
revolcandose en su tumba.
Traducción: - Dimitrov
Traducción: - Dimitrov
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