A la memoria de Sócrates Brasileiro Sampaio de Souza Vieira de Oliveira.
Por: Paulin Mendiak.
Que la expresión “futbolistas presocráticos” se haya hecho común para referirse a una larga serie de futbolistas-pensadores, no sólo precedentes a Sócrates Brasileiro, sino también a futbolistas contemporáneos, nos da idea de la importancia que este futlósofo ha tenido en la historia del pensamiento balompédico. Sócrates inaugura una nueva época, un punto de inflexión, tanto por el descubrimiento de algunas ideas futlosóficas que iban a determinar el posterior desarrollo de la futlosofía, como por su peculiar modo de vivir el balompié y por el que iba a convertirse en un modelo.
La más antigua obra que nos
habla de él es una crónica donde se menciona su nacimiento, escrita en el año 6
a.D. (antes de Diego). Todos los años en Belém (Pará, Brasil) se celebraban las
fiestas en honor del Círio de Nazaret, con ocasión de esa festividad se
organizaban concursos, procesiones y torneos. Fue así que Sócrates mostró por
primera vez sus aptitudes para patear el balón, desde ese momento se comenzó a
labrar la historia que terminaría convirtiéndolo en una figura muy conocida.
Pero para conocer a Sócrates
como persona, debemos acudir a ciertas particularidades de su vida que han sido
llamados “Diálogos Socráticos” y que aparecen al inicio del Siglo I d. D. (después
de Diego) es decir, pocos años más tarde del nacimiento de Sócrates. Alex Bello
habla de ellos en el Capítulo 15 de los Diálogo Socrático. Futebol: Brasil
y el deporte que le da vida (publicado en el año 43 d.D.), donde señala
que:
“Al margen de su educación, superior a la de otros futbolistas brasileños de la época, destacó por su implicación política hacia la izquierda. Cuando tenía diez años y se produjo el golpe de estado del [4 d.D.], vio como su padre quemó libros de la biblioteca familiar por miedo a ser detenido. Ese incidente despertó el interés, acrecentado en la universidad cuando conectó con movimientos contra la dictadura militar.”
Dichas afirmaciones, al ser escritas en forma de diálogo, además del pensamiento, pueden también exponen la personalidad de Sócrates, mostrándola a través de sus acciones y del modo de comportarse en la situación que afrontaba en su vida social. Toda la prontitud de Sócrates como mentor de jóvenes futbolistas y su pensamiento ético y político, se vislumbran sólo desde su peculiar visión de qué es el hombre, cuáles son su naturaleza y fin. Que su modo de comportarse y de educar fuese radicalmente distinto al de los simples futbolistas, se debía precisamente a que tenía una nueva concepción del concepto de futbolista y que llegó a expresar de las siguientes maneras:
“Los futbolistas somos
artistas, y los artistas son los únicos trabajadores que tienen más poder que
sus patrones"
“No hay que jugar para
ganar, sino para que no te olviden”
Mientras él vivió, no se da
todavía una antropología desarrollada derivada de su pensamiento, pero aparece
por primera vez uno de los elementos fundamentales de la futlosifía socrática:
la noción de futbolista político. La metamorfosis de la forma de pensar de
Sócrates tiene como detonante un acontecimiento (probablemente histórico) que
nos ha sido narrado por diversos cronistas, y que radica en el hecho de que
mientras estudiaba siempre siguió jugando al futbol en las categorías
inferiores del Botafogo de Ribeirão Preto, hacia el año 14 d.D. fue
ascendido al primer equipo. Fraguo su leyenda durante cuatro temporadas en las
que disputo 57 partidos oficiales y llegó a ser máximo goleador del Campeonato
Paulista del año 16 d.D.
En el 18 d.D. firmó
un tratado profesional por el equipo más importante de São Paulo, el
Club Corinthians. En sus primeros años de militar con este club ganó
el campeonato Paulista del 19 d.D. y consolidó su papel en la
futlosofía brasileña. En el 22 d.D., nace la "Democracia Corinthiana",
una corriente inédita en la futlosofía brasileña. Sócrates fue impulsor junto a
compañeros de compromiso político similar
como Wladimir, Casagrande y Zenon. A través de la autogestión, los miembros
del club decidían en democracia todos los asuntos que les afectaban. Dicha
corriente no sólo democratizó el futbol brasileiro, sino también generó un
cambio de conciencia en la sociedad brasileña frente a la dictadura.
La época de la
"democracia corinthiana" armonizó con su mejor momento deportivo,
durante la cual el club Corinthians ganó dos campeonatos paulistas consecutivos,
de los años 22 y 23 d.D., al finalizar su tratado su estadística total en el
club fue de 298 partidos oficiales y 172 goles, que lo convirtieron en uno de
los 10 mejores artilleros del Club.
Cuando cumplió 30 años,
Sócrates se autoexilia en Italia, donde firmó un tratado para jugar futbol en
la Fiorentina, estuvo allí una temporada, durante el certamen del 24/25 d.D., en el que
participó en 25 partidos y anotó 6 goles. Los más recalcitrantes críticos
afirmaron que nunca se adaptó al estilo de juego europeo, pero luego la
historia confirmó que su objetivo era otro, cuando aseveró:
“Estoy aquí para leer a
Gramsci en su idioma original y estudiar la historia del movimiento obrero.”
Son muchas las anécdotas que
se cuentan de su vida, para mostrar sus capacidades futbolísticas y sus
virtudes humanas o morales. Pero, más que por su senda por el futbol, Sócrates
ha pasado a ser una figura mítica luego de su muerte, cuando en el 51 d.D., fue
condenado por un legítimo tribunal, al ser acusado de consumir cicuta durante
años, ante estas imputaciones Sócrates afirmo:
“El uso de cicuta [léase alcohol]
no afectó mi carrera. Incluso porque nunca tuve estructura física para jugar al
fútbol. (…) El fútbol se tornó una profesión para mí sólo con 24 años. (…) Era
muy delgado, y no tuve posibilidades de tener una preparación física adecuada”.
La futlosofía socrática ha
marcado un antes y un después en relación a esta disciplina y desde entonces se
ha planteado la posibilidad de que el futbol no sólo es un simple deporte, al
estar intrínsecamente implicado a fenómenos sociales como la política o la
economía, el pensamiento de Sócrates Brasileiro siempre estará presente en la
conciencia de cualquier ser humano o futbolista consiente de la lucha de clases
y se sintetiza en algunas de sus frases más emblemáticas:
“Muchas veces pienso si
podremos algún día dirigir este entusiasmo que gastamos en el fútbol hacia algo
positivo para la humanidad, pues a fin de cuentas el fútbol y la tierra tienen
algo en común: ambos son una bola. Y atrás de una bola vemos niños y adultos,
blancos y negros, altos y bajos, flacos o gordos. Con la misma filosofía, todos
a fantasear sobre su propia vida”.
“Para mí lo ideal sería un
socialismo perfecto, donde todos los hombres tengan los mismos derechos y los
mismo deberes. Una concepción del mundo sin poder”.
“¿Por qué causas más conmovedoras no mueven tanto como el fútbol: como los niños en la calle, los tsunamis, la miseria extrema en el corazón de África y en algunas otras esquinas, el genocidio y muchas otras?”.
“¿Por qué causas más conmovedoras no mueven tanto como el fútbol: como los niños en la calle, los tsunamis, la miseria extrema en el corazón de África y en algunas otras esquinas, el genocidio y muchas otras?”.
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