Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central es un mural realizado por Diego Rivera en 1947 |
Por:
Paulin Mendiak
Texto de referencia:
González López, H., Marquina Sánchez, I.,
Contraras Asturias, C. (2013). “La Civilidad en las Castas Veladas del México
Actual”. Política y Sociedad, Vol.50 Núm 2: 517-542 [https://revistas.ucm.es/index.php/POSO/article/viewFile/40016/40777]
Nota:
Clasismo, según el
diccionario de la RAE, es la actitud de quienes defienden la discriminación por motivos de pertenencia
a otra clase social. Por lo general, un clasista asume su pertenencia a una u otra clase
y obra en consecuencia para beneficiar los intereses de quienes son de su misma
clase y en perjuicio de quienes no pertenecen a ella.
En México, luego de
emitidos los resultados de las pasadas elecciones, se hizo más evidente de lo
que ya es la existencia de la llamada a doble civilidad, misma que comprueba la
discrepancia y la separación entre “los más blancos” y “los más obscuros”. Tal situación
puede rastrear su raíz en el sistema de castas colonial. “Los más blancos” respaldados
en un poder económico y social históricamente heredado, defienden mantener el
control del mismo y fomentan los obstáculos destinados a evitar la
incorporación, en una sola, de estas dobles civilidades. Por ejemplo, los
servicios básicos de calidad solo son accesibles a quienes pueden pagarlos, la
capacidad de pago está primariamente consignada a quienes son de piel más
clara, de estatura más alta o de buena presentación. Y si no es así, que se me
demuestre lo contrario.
1. Español
con india, mestizo.
Sí somos una sociedad clasista, somos
sumamente clasistas… todo lo que describe a la sociedad mexicana en cualquiera
de sus regiones denota clasismo. Somos un México que se describe a través de
los prejuicios y que se representa a través de la vergüenza o de las
estrategias para evitarla. El español en épocas de antaño mantenía una vida
pública moralmente intachable y de buenas costumbres, todo ello se coronaba con
la presencia de una mujer e hijos auténticos españoles, que serían reflejo de
la educación que recibían en casa.
Pero
el hombre sucumbió ante el deseo de la carne cadenciosa y exótica de la
indígena pagana y de costumbres salvajes, de ellos nació el Mestizo… filiación
de la que provenimos casi todos los mexicanos, nacimos del pecado y de la
impura mezcla de la sangre indígena y europea.
Somos
hijos del pecado.
2.
Mestizo con española, castizo.
Ahora,
el hombre criollo, tenía que esconder al hijo mestizo ante los ojos de la
burlesca sociedad, pero la alta moral del español le impedía desentenderse de
su filial y los años terminaban por hacerlo público. La mujer criolla,
abnegada, tenía que cargar con la pesadumbre de la infidelidad del marido,
haciendo creer a la sociedad que en su hogar todo iba bien. La aflicción y la cansada
carga de esa careta de felicidad la hicieron sucumbir ante la tentación de la
carne, la venganza perfecta fraguada en la figura de un mestizo.
Somos
hijos de la venganza.
3. Castizo
con española, español.
La necesidad de reivindicarnos, de
reinventarnos o de esconder de dónde venimos hizo que llamáramos a las cosas
por nombres que no les correspondían, la sociedad finalmente no podía ser
engañada y, como desde un principio, se segrego. Los hijos bastardos del
criollismo tomaron como estandarte la religión, a regañadientes ingresaron a
las universidades, se cultivaron en el raciocinio y exigieron ser reconocidos
ante los ojos de Dios, ante los ojos de sus padres y madres. Reclamaron una
patria que no existía y rechazaron a un monarca que no sentían suyo.
Somos hijos de la negación.
4. Español
con mora, mulato.
Español, Criollo o
Mestizo como resultado de la avenencia racial que el europeo creó, tres pequeñas
fracciones aceptadas por la metrópoli, dotadas de un alma por la religión. Los
otros, los paganos, los emergidos de satán no podían ser ungidos como miembros
de una sociedad, nuestra primera y tercera raíz -el negro africano y el indio-
mixtura que solo podría traer como resultado un engendro destinado a vivir en
las montañas, con escollos de razonamiento, sin modales e incapaz de practicar
una buena moral. Mula, mulo, mulato, mulata… de la cruza de dos especies de las
que surge una bestia para el trabajo.
Somos hijos del rechazo.
5. Mulato
con española, morisco.
Siempre hemos cargado prejuicios
fundados de la sinrazón, aquí se habló de Quetzalcóatl o de Coatlicue la madre
de Huitzilopochtli. Nunca de Abraham, de Mahoma o
Ala. Pero qué otra cosa puede surgir de un mulato sino que algo aberrante
relacionado con el odio heredado por generaciones, morisco o morisca serán tus
hijos, por ese color de piel que no tiene relación con la pureza de nuestra
raza, con la verdadera religión o con nuestra alta cultura.
Somos hijos
del prejuicio.
6. Morisco
con española, chino.
Color de piel, idioma y costumbres
arrojan diferencias, pero las diferencias no generan distinciones ante los ojos
de la Patria, que se construyó sobre los hombros de mestizos, de negros y de
indios, luego se vio que lo que habían fundado era bueno y se lo apropiaron. Finalmente
ya les habían arrebatado sus costumbres, despojado de sus dioses, ultrajado su historia.
Ya que más da robar su Patria, esa que
construyo para todos y no para unos cuantos.
Somos hijos del ultraje.
7. Chino
con india, salta atrás.
El indio no sabe de
progreso, se lo debemos proporcionar, hemos de sacarlo de su ignorancia y de su
barbarie. Dale comida pero no mucha, dale educación pero que no piense lo suficiente,
dale religión para salvar su alma; mucha religión y que trabajen porque son
ociosos. Mira a Juárez, traidor, la iglesia le dio educación, cobijo y sustento,
nos pagó matando Maximiliano y arrebatándonos todas nuestras riquezas. Todo lo
que del indio provenga no puede ser bueno, el progreso es para el civilizado,
el indio solo salta pa’ tras.
Somos hijos de los
desheredados.
8. Salta
atrás con mulata, lobo.
Lobo, chacal, zorro…
animales salvajes que gustan de la rapiña, de manera que se aprovechan del
triunfo del exitoso. Negro africano con rasgos de indio, sin voz, sin palabra,
sin alma. Vivan lo héroes que nos dieron patria, pero que muera Gaspar Yanga
que formó una cuadrilla de esclavos, para asesinar y escapar de quienes los
civilizaban. ¡Muera el negro Yanga! él no fundó la primera ciudad libre del
continente, instauró una filial de Gomorra en América.
Somos hijos de la barbarie.
9. Lobo
con china, gíbaro.
Gíbaro
o jíbaro: ignorante, persona agreste sin ningún tipo de estudio. Dice la
definición en los diccionarios del siglo XIX, ante las circunstancias esa
definición ya ha cambiado, ya no se habla de gíbaros como sinónimo de
ignorantes. Los tiempos cambie, ante el vanguardia de los tiempos debemos dar
cabida a todos los tipos de personas, a todas las idiosincrasias. Ahora el
ignorante, el agreste lo es cholo, el naco, el chairo, esos de los barrios
bajos, esos que hablan mal el español, los que van a esa iglesia, los que van a
esa escuela, los que van a ese parque.
Somos
hijos de la ignorancia.
10. Gíbaro
con mulata, albarazado.
Albarazado con negra,
cambujo. Cambujo con india, sambaigo. Sambaigo con loba, calpamulato. Calpamulato
con cambuja, tente en el aire. Tente en el aire con mulata, no te entiendo. No
te entiendo con india, torna atrás. Mazateco con chola, torna atrás.
Poblano con oaxaqueña da
prieto… torna atrás,
indio con chola da chicano…
torna atrás,
güero con chicana da
pocho… torna atrás,
chilango con tlaxcalteca
da malinche… torna atrás,
chiapaneca con chichimeca
da indio… torna atrás,
güero jalisquillo con
abajeña da mestizo… torna atrás.
Adinerado con adinerada
da gente bonita, pobre con humilde da naco, rico con pobre da chairo, chairo
con rica da derechairo, derechairo con española da panista, panista con pobre
da priísta, priísta con chairo da morenista.
Mexicana con mexicano da
mexicanos.
Somos hijos de la
diversidad.
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