Recuerdo que cuando era niño, en la década de las noventa, existió una selección mexicana que orgullosa portaba los colores de la bandera y además enaltecía a nuestra cultura prehispánica en el uniforme… una playera verde con la imagen de La Piedra de el Sol al frente, un short blanco y unas medias rojas, con que se ataviaban grandes jugadores que nos ilusionaron y nos hicieron creer que era posible un campeonato, tal vez por eso fueron tan tristes las derrotas en el mundial de 1994 y 1998 frente a Bulgaria y Alemania respectivamente.
Hoy día, en las dos últimas semanas ha causado revuelo en los medios de comunicación el tema de que el club Chivas no prestaría jugadores para la selección, todo esto tras las declaraciones del presidente deportivo del Club Guadalajara, José Luis Higuera, donde a grosso modo confirmaba la negativa, argumentando que de no ser fecha FIFA el club no prestaría jugadores debido a la situación de riesgo en la que se encuentra (posiciones de descenso). Esto ha provocado cierto grado de malestar en la Femexfut (Federación Mexicana de Futbol), en los patrocinadores, en los promotores y en un sector de aficionados. En resumen, las críticas hacia el cuadro tapatío han sido abundantes por dicha postura, vale la pena recordar que Chivas es el único equipo en la Liga que juega solamente con futbolistas mexicanos, así ha sido desde 1906 y es por ello que en más de una ocasión el equipo ha sido base de la Selección Nacional, pero ¿cómo puede ser un Club que pelea el descenso el referente de una selección?
Actualmente el 38% de los futbolistas que militan en la Liga Mx no son nacidos en México, tan solo en los últimos 3 años el número de extranjeros en la liga se disparó un 600%, a raíz de que la Femexfut, en 2004, liberó las restricciones que consistía en que los extranjeros con carta de naturalización debían esperar 2 años para no contar como plaza de extranjero dentro de un equipo o su defecto acumular 10 torneos consecutivos en el futbol mexicano.
Ahora, como consecuencia de esa “apertura” en el torneo actual, Clausura 2016, el club América tiene 12 futbolistas no nacidos en México, Cruz Azul 11, Xolos 13, Querétaro 11, Pumas 10 y así la lista sigue en orden descendente, a obvia excepción de Chivas. Así pues, tenemos una liga invadida por extranjeros, de ahí entonces que un equipo en “crisis” siga y deba siendo la base de una selección nacional. Entonces ¿Quiénes son los que no respaldan a la selección?
Hoy en día, el verde que porta la selección está más identificado con el dólar que con la bandera de nuestro país, ¿quién podría identificarse con una selección que juega la mayoría de sus partidos en el extranjero? Y aún más, si las contadas veces que el equipo nacional ha jugado en provincia los precios son casi dignos de la Premier League, entonces tenemos que conformarnos con ver los juegos del equipo en alguno de los dos canales que conforman el duopolio televisivo. En esta lógica empresarial, el trabajo de Marketing que realiza la federación, patrocinadores y medios de comunicación es grandioso, si no fuera por eso ¿Alguien se identificaría con el “Tri”?
Es claro que para el presidente de la Femexfut, Decio de María y todos los que la representan, es fundamentalmente prioritaria la parte económica, tan es así que incluso se encuentra por encima de lo deportivo, a costa de la integridad física de los jugadores. La negativa de Chivas a prestar jugadores, radica solo en relación a los partidos amistosos que casi siempre se llevan a cabo en los Estados Unidos, y como no si por cada uno se embolsan $650 mil dólares, a pesar de que el nivel futbolístico deja mucho que desear. Así, México se coloca en el top de selecciones que más cobran por partido, donde también se encuentran selecciones europeas como Inglaterra, Francia, Holanda que cobran cerca de $700 mil dólares, a nivel continental tan solo se ubica por detrás de Argentina y Brasil.
Después de conocer estas cantidades, es claro entender por qué ya no se fijan proyectos a nivel deportivo. El principal objetivo para la próxima copa del mundo Rusia 2018 es llenar las arcas de la federación con por lo menos $400 millones de dólares. De ahí que se encendieran todas las alarmas ante la probable descalificación mexicana para el pasado mundial, nada tenía que ver con lo deportivo, los federativos no podían concebir las arcadas de dinero que dejarían de percibir de no conseguir el boleto a Brasil. Quizás siempre ha sido así o simplemente ya no soy aquel niño inocente de los noventa que hacia girar su mundo en torno a una pelota de fútbol, el paso del tiempo me abrazó entre problemas sociales, políticos, económicos y hasta deportivos. Ahora desde acá, desde esta perspectiva de realidad, todo es tan diferente y cuando preguntan por la selección, yo respondo: mi Club es primero.
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