El gobierno Británico creía que la participación de Corea del Norte en la Copa del mundo de 1966 podría causar "dolores de cabeza" políticos y esperaba que el país no se clasificara, revelan ciertos documentos. Archivos anteriormente mantenidos como secretos ponen al descubierto la tensa serie de mensajes, comunicación e intercambios entre los funcionarios del gobierno Británico sobre las consecuencias si Corea del Norte asistiera a la final en Gran Bretaña. Los documentos, publicados por los Archivos Nacionales, muestran que el Ministerio de Relaciones Exteriores consideró negarse a conceder visas al equipo como una forma de solución a dicho "problema" diplomático. Gran Bretaña no reconoció oficialmente a Corea del Norte – oficialmente conocida como La República Popular Democrática de Corea– y los funcionarios se preocuparon al otorgar el permiso del país para asistir, lo cual causaría una onda de confrontaciones diplomáticas, en particular con la an...