Existen dos caras ante una misma situación, por un lado la fiesta y algarabía que representa un torneo continental organizado por la FIFA, mismo que reúne a distintos países del África para compartir los valores que transmite el futbol. Por otro lado también es visible la suma de factores que han llevado al rezago en el amplio sentido socioeconómico a todo el continente, que de alguna manera condujo a esos distintos países a compartir una herencia combativa como resultado del yugo imperialista del siglo XIX y XX. La sede para la edición 2017 de la Copa Africana de Naciones es Gabón, y nuevamente permea en la población del país africano un disgusto generalizado que se origina por el descontento de ver las cantidades de dinero invertidas en la organización de un torneo, en contraste con la pobreza en la que vive un porcentaje amplio de la población, tal y como se vio en la pasada Copa del Mundo en Brasil. Los disturbios en Gabón resurgen ante la reelección de Ali B...