Ivan Ergic pintaba para crack pero las presiones y los estereotipos lo llevaron a la depresión. Se retiro a los 30 y ahora critica al fútbol moderno desde la teoría de Marx. El 7 de abril de 2005, Kurt Aeschbacher, que presenta un late night show que se llama como él en la SRF, la televisión pública suiza, tenía un invitado impactante: Ivan Ergic, el jugador del Basilea que había dejado sin habla al país hacía unos meses al ingresar en un psiquiátrico y que acababa de salir de su depresión. El delantero serbio-australiano quería hablar de su recuperación, de cómo el fútbol y su competitividad inagotable devoran a los jugadores, y, sobre todo, cómo los que muestran sus sentimientos y se salen del carril del prototipo de futbolista macho desde la infancia son tragados por una maquinaria que no hace prisioneros. Aeschbacher es uno de los periodistas más influyentes del país (su programa, semanal, se emite ininterrumpidamente desde 2001) y además es un activista homosexual. ...