9 de Septiembre de 1847 Los dieciséis soldados irlandeses del Batallón de San Patricio, ahorcados este día en San Ángel por las tropas invasoras norteamericanas, habían formado parte del ejército de Estados Unidos, pero por los malos y discriminatorios tratos de sus oficiales y por su religión católica habían desertado y formado su propio batallón dentro de las fuerzas mexicanas, alentados por las proclamas del general Pedro Ampudia para que cambiaran de bando. Se habían enlistado en el ejército mexicano con la esperanza de que en México recibirían tierras y mejor acogida como inmigrantes. Fieles a sí mismos en cuanto a sus ideales de libertad y considerando injusta la guerra -muy similar a la que los irlandeses sostenían contra los ingleses-, se integraron a las filas nacionales doscientos sesenta de ellos. John O’Reilly, teniente de artillería, fue el primer voluntario, que junto con otros irlandeses desertaron en marzo de 1846, días antes de que los Estados Unidos iniciaran...